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Solar del Cid
Quinta etapa del cuarto paseo
Verdadero retrato de Ruy Díaz de Vivar, el Cid Campeador
Ponedle al pecho una prisión de malla,
quizás la barba sobre el noble pecho
y disponed un brazo que, derecho,
señale al enemigo cruz y raya.
Que diga el viento lo que la voz calla,
que escoja el grano su mejor barbecho
y que Arlanzón se salga de su lecho
para ver cómo acaba la batalla.
Calzadle escuelas y ceñidle espada,
—yo no sé si la Tizona o la Colada—,
y tened a Babieca ya ensillado…
Llamadle Ruy en paz y Cid en guerra
y concededle tierra, mucha tierra,
estando —paradoja—, desterrado.
Memorial de Burgos (Rafael Fernández Pombo)


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