Calle de San Lorenzo
Tercera etapa del segundo paseo
Todas las calles están preparadas para una fiesta. Cada esquina tiene una perspectiva distinta; por todos lados es una carrera de colores, como si compitieran para ver quién atrae más miradas. Dan ganas casi de reír; hay colores que nunca se han visto en los muros; verde, púrpura, rojo; colores de flores extrañas, de salsas, de dulces, de tejidos de trajes de fiesta. Si existiese en Burgos un manicomio de pintores se diría que la ciudad fue pintada un día en el que se escaparon los locos. Para hacer más gracioso el aspecto de las casas, muchísimas ventanas tienen delante una especie de balcón cubierto, cerrado por una amplia vidriera, como la vitrina de un museo…
España (Edmondo De Amicis)


Hoy en Burgos apenas sí hemos visto el sol, una espesa niebla nos ha acompañado durante todo el día, y finalmente nos ha enviado una gélida y suave brisa que se mete hasta los mismísimos tuétanos.
Esta noche en Burgos, hay alguien que va de paso, sin un destino concreto, posiblemente de hoy para mañana, según le traten. ¡Ya veremos!
Su historia se va repitiendo día a día y ciudad por ciudad, su equipaje siempre el mismo; le acompañan en el viaje, sus recuerdos, sus papeles personales, algunas viandas, en fin, todas sus pequeñas miserias; tiene instalado todo su ajuar en un carro de la compra deslucido, algo sucio y con las ruedecillas descentradas. Como siempre, colgada de su hombro, la inseparable guitarra.
Yo lo he visto, en la calle de los Herreros, tan coqueta y llena de vida, sentado sobre un altavoz conectado a una batería y un micrófono de pinza, tañendo por soleá su guitarra. Toca bien, tiene buena izquierda; en la guitarra, esta mano es la que siente, por algo está más cerca del corazón; en la mano derecha, para combatir el frío, se ha puesto un guante de lana negra con las puntas de los dedos recortados, que le impide una ejecución brillante y limpia…
Tríptico flamenco (Francisco Arana)